Sunday, July 20, 2025

Matutina Oracion

 

CANON 5. DE LA LITURGIA Y EL CULTO ANGLO CATÓLICO

IAL-OACM - Formas complementarias para la práctica y enseñanza del numeral 5.04

(Acatando Estatutos y Cánones de IAL-MAAC)

 

Antesala a la Oración del Creyente

 

El Seminarista, lector, diácono, sacerdote u obispo, son libres y autónomos para usar las palabras en latín (escritas en el manual antes de 1515), o reemplazar las mismas palabras en el lenguaje del país originario sin lesionar la traducción literaria, la praxis de la semántica como la connotación lingüística y social del significado, y debe tener en cuenta el respeto por la cultura e idiosincrasia de creyentes y no creyentes. Para la Iglesia es más importante el respeto individual o colectivo, antes que poner en práctica con un corazón contrito, el amor, el servicio, la misericordia, la piedad y la compasión. La numeración del documento está en números romanos, pero se pueden reemplazar los mismos por otra numeración que mejor se entienda en la región donde se da el milagro de la fe. El poder de la fe esta en el respeto a los otros como semejantes, la fuerza de Dios se manifiesta en la libertad con excelsos ejemplos de vida de los presbíteros para que sea instrumento de milagros y una muestra para afirmar que el Omnipotente y Altísimo, actúa en la sencillez y humildad del protagonista con templanza y que todos deben crecer en sabiduría, estatura y conocimiento que van más allá de la comprensión humana sin fanatismo, fundamentalismo y jamás una nueva Inquisición.

 

La Santa Misa como liturgia o documento en si no tiene una propiedad intelectual especifica, porque es parte de la herencia de fe en el transcurrir histórico de la Iglesia en el catolicismo universal sea anglicano, romano u ortodoxo. Cualquier grupo cristiano que se considere a si mismo de tradición católica y apostólica, que ostente la sucesión apostólica ininterrumpida desde Jesucristo y sus Santos 12 apóstoles, y en Jesús de Nazaret en uno de sus linajes, puede usar el ordo, rito y calendario litúrgico católico en cualquiera de sus versiones. Ninguna organización mortal terrícola de humanos organizados lo puede prohibir ni legislación alguna lo debe restringir, porque la Misa Universal (la de siempre), y todo eso que de ella ha nacido y plasmado como liturgia, es para bendición de todos, es libre para usarse y multiplicarse siempre y cuando no afecte la fe individual ni las responsabilidades colectivas de ley local o internacional. El hombre (mujer o varón), debe desarrollarse en su espiritualidad y en el mismo avance espiritual, engrandecer la sabiduría, y en el crecimiento de cuerpo y alma, desde la fe que fue heredada de sus antepasados o transmitidas de generación en generación. Sin embargo a conciencia ciertos términos, aunque no tienen propiedad intelectual como tal, siempre se debe considerar que quien los usa o practica debe ser consciente de su origen, interpretación y connotación para no caer en la desgracia de ser uno mas de los esclavos que obedecen ciegamente a imperios religiosos, regímenes espirituales o báculos de muerte. "Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque cae en el mismo precipicio de muerte y puede perder hasta su almaʺ.

 

Las palabras "Anglicano, Católico u Ortodoxoʺ no son una colección de obras de arte y menos una fabrica de alimentos o de ropa, por consiguiente que aquellos mortales terrícolas humanos mortales u organizaciones cristianas grupales que manifiestan ser los propietarios  o dueños de estas palabras no solo están violando la libertad de su uso sino que hacen parte de los mismos cavernícolas que aplicaron inquisiciones porque sus intelectos y oraciones no pasaban del techo de sus templos y esos eran y son parte del Gran Satán que con bloqueos y persecuciones materializaron las hogueras de muerte y que sus acciones nefastas estuvieron y están en pecado y sus obras perversas se van en contra de los verdaderos apóstoles y evangelizadores de Dios a través de Jesús de Nazaret. No debemos tener miedo ni temer a esos canallas criminales, pero si causan daño a la dignidad de la persona humana y tratan de bloquear la libertad que heredo el hombre con el libre albedrio que llego a la tierra directamente del Altísimo, se deben denunciar ante los tribunales de justicia nacionales e internacionales y el pueblo de Dios debe manifestarse en las calles en contra de esos malnacidos representantes de imperios religiosos, hijos de regímenes espirituales o socios del club de los báculos orientales para que purguen sus delitos e indemnicen a víctimas con altos intereses financieros por perjuicios, lesiones y bloqueos.

 

La Iglesia o los mortales terrícolas humanos que hacen parte de un grupo de Iglesia que viene de la tradición católica y apostólica no debe solicitar permiso a una organización en particular y puede usar todos los manuales litúrgicos, libros, documentos, vestimentas sagradas, vasos sagrados, altares, oleos, pinturas o retratos, pero debe aclarar a las personas de fe que participan del culto divino y de cada ceremonia religiosa, a que grupo de Iglesia o denominación pertenece, no debe usar los templos de ladrillo o los edificios de los enemigos de Cristo, porque de cierta manera esta contribuyendo al desorden espiritual y sin saber, hace parte de la Iglesia y del Imperio Babilónico que origino Satanás y que aunque se vistan de blanco y sostengan públicamente que son aliados de Dios y que hacen parte de los escogidos, son estrategias del maligno para robar el alma a los elegidos y ungidos.

 

Jesús de Nazaret no fundo en la tierra un imperio religioso ("Mi Reino no es de este mundoʺ), el Carpintero como Hijo de Dios no estableció un régimen espiritual (Mateo 10), y aunque llego al mundo mortal en un lugar del Oriente (nació en Belén no en Nazaret), no entrego la dirección de la Iglesia a un Nuevo Sanedrín. Al contrario, a los miembros del Sanedrín del ayer no los llamo y ellos mismos fueron los autores intelectuales de su secuestro y muerte apestosa de cruz. Nosotros oramos para que todos los sacerdotes del mundo se conviertan al verdadero Cristo y logremos en algún momento no la unidad como tal sino la Hermandad del amor, del servicio, de la misericordia y de la compasión.

 

Esta liturgia y documentos que anexamos es histórica, es libre de usarse sin restricciones por cualquier grupo cristiano de herencia católica y apostólica. Aunque fue seleccionada para el uso dentro de las Iglesias que hacen parte del Movimiento Antiguo Anglo Católico 1515 de Inglaterra a través de la Iglesia Anglicana Latino-Americana 1975 que se originó en Sur America, no se requiere permiso escrito para utilizarse, pero se aconseja para mayor claridad a los diáconos y presbíteros conversar con un obispo o representante de nuestra organización religiosa cristiana para no equivocarse y menos lograr aprovecharse de incautos, ingenuos o ignorantes hombres de fe.

 

Tarde o temprano quien comete maldad o hace negocios en nombre de la fe en Jesús de Nazaret o con el nombre de otra divinidad o creencia, la espada de Dios y el látigo de la justicia divina, llegara a la casa del usurpador, desintegrará a toda la familia del falso profeta, destruirá la casa o edificio de ladrillo que consiguió con la estafa, el fraude o el robo de privilegios y oportunidades, el delincuente al final estará enfermo sin morir hasta que su último aliento de de vida le haga recordar su crimen y delito ante el Todopoderoso. De paso los cuatro elementales (agua, tierra, fuego y aire), estarán listos para actuar como aliados de Dios y su justicia, y aun las arenas del vecindario contaminado y maldito del delincuente será barrido del planeta y no se verá nunca más en los confines del orbe creado. ʺNo quedará piedra sobre piedra" (San Mateo 24:2, San Marcos 13:2 y San Lucas 21:6).

 

5.04. Esta Iglesia también celebra como Culto Público, la Oración Litúrgica Matutina y Vespertina, la Oración Litúrgica de la Iglesia se celebrará de acuerdo al libro de Oración Común de 1928.

 

El ritual reza así:

 

Orden para la Oración Matutina Diaria

 

El Oficiante principiará la Oración Matutina leyendo uno o más de los siguientes Versículos de las Escrituras.

 

En cualquier día, excepto en día de Ayuno o Abstinencia, o cuando la Letanía o el Oficio de la Santa Comunión sigue inmediatamente, el Oficiante puede, a su discreción, pasar de los Versículos al Padre Nuestro, diciendo primero, El Señor sea con vosotros. Responsorio: Y con tu espíritu.  El Oficiante: Oremos.

 

Y NÓTESE, que cuando se omiten la Confesión y la Absolución, el Oficiante, después de los Versículos, debe pasar a los Responsorios, Oh, Señor, abre nuestros labios, etc., en cuyo caso, el Padre Nuestro se dirá con las demás colectas inmediatamente después de El Señor sea con vosotros, etc., yantes de los Versículos y Responsorios que siguen, o en la Letanía donde está allí indicado. Se recomienda acostumbrar al pueblo de Dios y los clérigos la utilización de los Salmos para la piedad, recogimiento y crecimiento espiritual.

 

EL SEÑOR está en su santo templo: calle delante de toda la tierra. Hab. II. 20.  Yo me alegré con los que me decían: A la casa del SEÑOR iremos. Sal. CXXII. 1.  Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, OH SEÑOR, roca mía y redentor mío. Sal. XIX. 14.  Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán, me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos. Sal. XLIII. 3. Así dijo el Alto y Sublime, El que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías LVII. 15. La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. S. Juan IV. 23.  Gracia sea a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.  Fil. I. 2. 

 

Adviento.

 

Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado. San Mateo III. 2.  Barred camino al SEÑOR: enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Isaías XL. 3.

 

Navidad

 

He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. S. Lucas II. 10-11. 

 

Epifanía.

 

Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso, y presente limpio: porque grande es mi Nombre entre las gentes, dice el SEÑOR de los ejércitos. Mal. I. 11. Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh, Jerusalén. Isaías LII. 1.

 

Cuaresma.

 

Lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos al SEÑOR vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo. Joel II. 13. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh, Dios. Sal. LI. 17.  Me levantaré, e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti; ya no soy digno de ser llamado tu hijo. S. Lucas XV. 18, 19.

 

Viernes Santo.

 

¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque el SEÑOR me ha angustiado. Lam. I. 12. En el cual tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, por las riquezas de su gracia. Efes. I. 7.

 

La Pascua.

 

Ha resucitado. El Señor en verdad ha resucitado. S. Mar. XVI. 6; S. Lucas XXIC. 34. Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y alegaremos en él. Salmo CXVIII. 24.

 

Ascensión.

 

Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro. Heb. IV. 14-16.

 

Dia de Pentecostés.

 

Recibiréis poder del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos. i. 8. Por cuanto sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama, Abba, Padre. Gal. IV. 6.

 

Dominica de la Trinidad

 

Santo, Santo, Santo, El Señor Dios Omnipotente, que era, y que es, y que ha de venir. Rev. IV. 8.

 

Dia de Acción Gracias

 

Honra al SEÑOR de tu sustancia, y de las de primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus canastos con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. Prov. III. 9, 10. El SEÑOR con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia. Por su sabiduría los mares se evaporan, y las nubes derraman el rocío. Prov. III. 19, 20.

 

Entonces el Oficiante dirá,

 

CARISIMOS hermanos, las Santas Escrituras nos amonestan, en varios lugares, a que reconozcamos y confesemos nuestros muchos pecados y maldades; y que no los debemos encubrir o disimular ante Dios Omnipotente, nuestro Padre Celestial; sino confesarlos con un corazón humilde, sumiso, contrito y obediente; a fin de obtener el perdón, por su infinita bondad y misericordia. Y aunque debemos en todo tiempo reconocer humildemente nuestros pecados delante de Dios, sin embargo, debemos principalmente hacerlo cuando nos congregamos y unimos para rendirle gracias por los grandes beneficios recibidos de sus manos, proclamar dignamente sus alabanzas, escuchar su santa Palabra, y pedirle aquellas cosas requeridas y necesarias tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, yo os pido y suplico a todos los presentes, que, con un corazón puro y voz humilde, me acompañéis ante el trono de la gracia celestial, diciendo--

 

O bien dirá,

 

CONFESEMOS humildemente nuestros pecados a Dios Todopoderoso.

 

Confesión General.

 

Que toda la Congregación siguiendo al Oficiante, dirán arrodillados.

 

 

OMNIPOTENTE y misericordiosísimo Padre; Hemos errado, y nos hemos extraviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los designios y deseos de nuestro propio corazón. Hemos faltado a tus santas leyes. Hemos dejado de hacer lo que debíamos haber hecho; Y hemos hecho lo que no debíamos hacer; Y en nosotros no hay salud. Mas Tú, oh, Señor, compadécete de nosotros, miserables pecadores. Libra, oh, Dios, a los que confiesan sus culpas. Restaura a los que se arrepienten; Según tus promesas declaradas al género humano en Jesucristo nuestro Señor. Y concédenos, Oh Padre misericordiosísimo, por su amor; Que de aquí en adelante vivamos una vida sobria, santa y justa, para gloria de tu Santo Nombre. Amen.

 

Declaración de la Absolución o Remisión de Pecados.

 

Que solo puede hacer el Presbítero, estando de pie, mientras la congregación permanece de rodillas.

 

El Presbítero, a su discreción, puede usar, en lugar de la que sigue, la Absolución del Oficio de la Santa Comunión.

 

EL Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta de sus maldades y viva; ha dado poder y mandamiento a sus Ministros para declarar y pronunciar a su pueblo arrepentido, la Absolución y Remisión de sus pecados. El perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten y sinceramente creen en su santo Evangelio. Por tanto, roguémosle que nos conceda verdadero arrepentimiento, y su Espíritu Santo, a fin de que las obras que al presente hacemos le sean agradables; y que nuestra vida da de aquí en adelante sea pura y santa; para que al fin obtengamos la bienaventuranza eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

El Oficiante se arrodillará y dirá el Padre Nuestro, y el pueblo, aún de rodillas, lo repetirá con él, no sólo aquí, sino también en cualquier otro lugar que se usare en el Oficio Divino.

 

PADRE nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos del mal. Porque tuyo les el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.

 

Entonces dirá,


Resp. Oh, Señor, abre nuestros labios. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.

 

Poniéndose todos de pie, el Oficiante dirá,

 

Gloria al + Padre, y al + Hijo, y al + Espíritu Santo. 

 

Resp. Como era al principio, es ahora, y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oficiante: Alabad al Señor

 

Resp. El Nombre del Señor sea alabado

 

Después se dirá o cantará el siguiente Cántico; excepto en aquellos días para los cuales hay otros señalados, o en los que se usa el Salmo 95; pero NÓTESE que, en Miércoles de Ceniza, y Viernes Santo, se omitirá el Venite.

 

En los días que a continuación se especifican, antes del Venite se podrá cantar o decir,

 

En las Dominicas de Adviento. Nuestro Rey y Salvador se acerca; Venid, adorémosle.

 

En el día de Navidad y hasta la Epifanía. ¡Aleluya! Un Niño nos es nacido; Venid, adorémosle.

 

En la Epifanía y siete días después, y en la Fiesta de la Transfiguración. El Señor ha manifestado su gloria; Venid, adorémosle.

 

En el Lunes de la Semana de Pascua, y hasta el Día de la Ascensión. ¡Aleluya! El Señor en verdad ha resucitado; Venid, adorémosle. ¡Aleluya!

 

En el Día de la Ascensión y hasta el día de Pentecostés. ¡Aleluya! Cristo el Señor ascendió a los Cielos; Venid, adorémosle. ¡Aleluya!

 

En el Día de Pentecostés y seis días después. ¡Aleluya! El Espíritu del Señor llena el mundo; Venid, adorémosle. ¡Aleluya!

 

En la Domingo Dominica de la Trinidad + Padre, + Hijo, y + Espíritu Santo, un solo Dios; Venid, adorémosle.

 

En la Purificación y la Anunciación. El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros; Venid, adorémosle.

 

En otras festividades para las que estén indicados Epístola y Evangelio Propios. El Señor es glorioso en sus santos; Venid, adorémosle.

 

Venite, exultemus Domino

 

VENID, celebremos alegremente al SEÑOR; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; aclamémosle con cánticos. Porque el SEÑOR es Dios grande; y Rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano están las profundidades de la tierra; y las alturas de los montes son suyas. Suya también la mar, pues Él la hizo; y sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y mostrémonos; arrodillémonos delante del SEÑOR nuestro Hacedor.

 

Porque Él es el Señor nuestro Dios; nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano.  Adorad al SEÑOR en la hermosura de su santuario; temed delante de Él, toda la tierra. Delante del Señor que vino, porque vino a juzgar la tierra Juzgara al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.

 

Entonces seguirá una porción de los Salmos, según el Uso de esta Iglesia. Y al fin de cada Salmo, así como al fin del Venite, Benedictus es, Benedictus y Jubílate, se puede decir o cantar el Gloria Patri; pero al fin de la porción entera, o de la selección del Salterio, no se debe omitir.

 

GLORIA al + Padre, y al + Hijo,  y al + Espíritu Santo; Como era al principio, es ahora, y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Entonces se leerá la Primera Lección, según la Tabla o Calendario, y NÓTESE, que antes de cada Lección, el Oficiante dirá: Aquí empieza el Capítulo —— (o el Versículo —— del Capítulo ——) del Libro de ——; y después de cada Lección: Aquí termina la Primera (o Segunda), Lección.

 

Aquí se dirá o cantará el siguiente Cántico. Pero NÓTESE que en cualquier día cuando la Santa Comunión sigue inmediatamente, el Oficiante, a su discreción, después de haberse dicho o cantado cualquiera de los siguientes Cánticos de la Oración Matutina, puede principiar en seguida el Oficio de la Santa Comunión.

 

Te Deum laudamus

 

TE alabamos, oh, Dios; Señor, Te confesamos. Toda la tierra Te adora, oh Padre eterno. A Ti todos los Ángeles; los cielos y todas las potestades;

 

Los Querubines y los Serafines con incesante voz Te proclaman,
    Santo, Santo, Santo, Señor Dios de las Huestes;
    Llenos están los cielos y la tierra: de la Majestad de tu gloria.

A Ti el glorioso coro de los Apóstoles.
    El número laudable de los Profetas.

La blanca multitud de los Mártires: Te alaban.
    La Iglesia por la extensión del orbe: Te confiesa:
    Padre, de Majestad infinita;
    A tu Hijo único, verdadero y adorable:
    Y también al Espíritu Santo, Consolador.
 

TU, Cristo, Rey de la gloria
    Tú eres el Hijo sempiterno del Padre.

Tú, al emprender la redención del hombre, no temiste venir al seno de la Virgen. Tú, al vencer el aguijón de la muerte, abriste a los creyentes el reino de los cielos. Tú estás sentado a la diestra de Dios, en la gloria del Padre.
   

Creemos que eres el Juez que ha de venir. Por tanto, te rogamos, socorras a tus siervos, a quienes redimiste con tu sangre preciosa. Haz que sean contados con tus santos, en la gloria eterna.

 

SALVA, Señor, a tu pueblo, y a tu heredad bendice. Gobiérnale, y ensálzale perpetuamente.  Todos los días Te bendecimos; Y alabamos tu Nombre en los siglos, y por los siglos de los siglos. Dígnate, Señor, guardarnos sin pecado en este día. Ten misericordia de nosotros, Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, sea tu misericordia sobre nosotros, según de ti hemos esperado. En Ti, Señor, he confiado; jamás seré confundido.

 

O este Cántico

 

Benedictus es, Domine

 

BENDITO eres Tú, oh, Señor Dios de nuestros padres: Alabado y exaltado sobre todo para siempre. Bendito eres Tú por el Nombre de tu Majestad: Alabado y exaltado sobre todo para siempre. Bendito eres Tú en el templo de tu Santidad: Alabado y exaltado sobre todo para siempre. Bendito eres Tú que contemplas los abismos, y habitas entre los Querubines: *Alabado y exaltado sobre todo para siempre. Bendito eres Tú sobre el glorioso trono de tu Reino: Alabado y exaltado sobre todo para siempre. Bendito eres Tú, en el firmamento de los cielos: Alabado y exaltado sobre todo para siempre.

 

 

O éste

 

Benedicite, omnia opera Domini.

 

BENDECID al Señor, obras todas del Señor: alabadle, y ensalzadle para siempre.  Ángeles del Señor, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle para siempre. CIELOS, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle para siempre.

Aguas que estáis sobre el firmamento, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Todas las Potestades del Señor, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Sol y Luna, bendecid al Señor: alabadle, y ensalzadle para siempre. Estrellas del Firmamento, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Lluvias y Rocío, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Vientos de Dios, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Fuego y Calor, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Invierno y Verano, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Rocíos y Escarchas, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Heladas y Frío, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Hielos y Nieves, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Noches y Días, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Luz y Tinieblas, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre. Relámpagos y Nubes, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre.

 

BENDIGA la Tierra al Señor: Alábele, y ensálcele para siempre. Montes y Collados, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Plantas y Yerbas del Campo, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Fuentes, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Mares y Ríos, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre.

Ballenas, y todo lo que se mueve en las Aguas, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Aves del Aire, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Bestias y Ganado, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Hijos de los Hombres, bendecid al Señor:  Alabadle, y ensalzadle para siempre.

 

BENDIGA Israel al Señor: Alábele, y ensálcele para siempre. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Siervos del Señor, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre. Espíritus y Almas de los Justos, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre.  Santos y Humildes de corazón, bendecid al Señor: Alabadle, y ensalzadle para siempre.

 

BENDIGAMOS al + Padre, y al + Hijo, y al + Espíritu Santo:  alabadle, y ensalzadle para siempre.

 

Después se leerá de la misma manera la Segunda Lección, tomada del Nuevo Testamento, según la Tabla o Calendario.

 

Después se cantará o dirá el siguiente Cántico; y NÓTESE, que, excepto en los domingos de Adviento, se puede omitir la última parte.

 

Benedictus. San Lucas i. 68.

 

BENDITO el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo;
Y nos alzó poderosa Salvación, en la casa de David su siervo. Como habló por boca de sus santos Profetas, que existieron desde el principio del mundo. Que nos libraría de nuestros enemigos, y de la mano de los que nos aborrecen.

 

Para ejecutar la misericordia prometida a nuestros padres, y recordar su santo pacto. Para ejecutar el juramento que juró a nuestro padre Abrahán, que se nos daría; Que, siendo librados de la mano de nuestros enemigos le serviríamos sin temor; En santidad y justicia ante El, todos los días de nuestra vida. Y Tú, oh niño, profeta del Altísimo serás llamado: porque andarás ante la faz del Señor, para preparar sus caminos, Para dar a conocer la salvación a su pueblo y la remisión de sus pecados, Por la tierna misericordia de nuestro Dios: por la cual la Aurora de lo Alto nos ha visitado, Para dar luz a los que están en tinieblas, y en sombra de muerte, y para guiar nuestros pies hacia el camino de paz.

 

O este Salmo.

 

Jubílate Deo. Salmo c.

 

REGOCIJAOS en el SEÑOR, todas las naciones: servid al SEÑOR con alegría, venid ante su presencia con cánticos. Sabed que el SEÑOR es Dios; Él nos hizo, y no nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias y en sus atrios con alabanzas; confesadle, y bendecid su Nombre. Porque benigno es el SEÑOR, eterna es su misericordia; y su verdad permanece de generación en generación.

 

Entonces, el Oficiante y el pueblo de pie, dirán el Credo de los Apóstoles. Y en cualquiera Iglesia, las palabras: Descendió a los infiernos, podrán sustituirse por: Y fue a donde están las almas que partieron de esta vida, palabras que se considera tienen el mismo sentido en el Credo.

 

CREO en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra: Y en Jesucristo su único Hijo nuestro Señor: Que fue concebido por el Espíritu Santo, Nació de la Virgen María: Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, Fue crucificado, muerto y sepultado: Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó de entre los muertos: Subió a los cielos, Y está sentado a la diestra de Dios Padre, Todopoderoso: De donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.  Creo en el Espíritu Santo: La Santa Iglesia Católica; La Comunión de los Santos: El Perdón de los pecados: La Resurrección del Cuerpo: Y la Vida Perdurable. Amén.

 

O el Credo, comúnmente llamado Niceno.

 

CREO en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, Y de todas las cosas visibles e invisibles: Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios; Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Verdadero Dios; Engendrado, no hecho; Consubstancial al Padre; Por quien todas las cosas fueron hechas: Quien por los hombres y por nuestra salvación descendió del cielo, Y fue encarnado por el Espíritu Santo de la Virgen María, Y fue hecho hombre: Y también por nosotros fue crucificado bajo Poncio Pilato; Padeció y fue sepultado: Resucitó al tercer día según las Escrituras: Ascendió a los cielos, Y está sentado a la diestra del Padre: Y vendrá otra vez, con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; Cuyo reino no tendrá fin. Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, procedente del Padre y del Hijo; Quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Quien habló por los Profetas: Y creo en la Iglesia Una, Católica y Apostólica: Y reconozco un Bautismo para remisión de los pecados: Y espero la Resurrección de los muertos: Y la Vida en los siglos venideros. Amén.

 

Después de esto, estando el pueblo devotamente arrodillado, se dirán las siguientes Oraciones; diciendo primero el Oficiante,

 

Oficiante. El Señor sea con vosotros:

Resp. Y con tu espíritu

Oficiante. Oremos

 

Aquí seguirá el Padre Nuestro, si no se ha dicho antes

 

Ofic. Oh, Señor, muéstranos tu misericordia.

 

Resp. Y concédenos tu salvación

 

Ofic. Oh, Dios, purifica nuestros corazones.

 

Resp. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.

 

Después seguirá la Colecta del Día, excepto cuando se ha de leer el Oficio de la Santa Comunión, en cuyo caso, la Colecta del Día se omitirá aquí.

 

Colecta por la Paz

 

OH, Dios, que eres Autor de la paz y amante de la concordia; Conocerte es Vida Eterna, y servirte, plena libertad. Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiando seguramente en tu protección, no temamos la astucia de ningún adversario; mediante el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén. 

 

Colecta por la Gracia

 

OH, Señor, nuestro Padre Celestial, Poderoso y Eterno Dios, que nos has conducido con seguridad al principio de este día; Defiéndenos con tu gran poder; y concede que no caigamos hoy en ningún pecado, ni incurramos en ningún peligro; sino que todas nuestras acciones, siendo dirigidas y gobernadas por ti, sean justas a tus ojos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Se omitirán las siguientes Oraciones, cuando se diga la Letanía, y pueden omitirse cuando siga inmediatamente la Santa Comunión.

 

Pero NÓTESE que el Oficiante puede concluir la Oración Matutina con las intercesiones generales, tomadas de este Libro, que crea convenientes, o bien con la Gracia.

 

Oración por el Presidente y Todas las Autoridades Civiles

 

OH, Señor, nuestro Padre Celestial, excelso y poderoso Gobernador del Universo, que desde tu trono contemplas a todos los que moran en la tierra; De todo corazón te suplicamos que mires con favor y bendigas a tu siervo el Presidente de esta nación, y a todos los otros en autoridad; y que de tal manera los llenes de la gracia de tu Espíritu Santo, que se inclinen siempre a tu voluntad, y anden en tus caminos. Invísteles copiosamente de los dones celestiales; y concédeles salud, prosperidad y larga vida; y que finalmente, después de esta vida, obtengan felicidad y gozo eternos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

O ésta

 

OH, Señor, Gobernador nuestro, cuya gloria llena el Universo; Encomendamos esta Nación a tu bondadoso cuidado, para que siendo guiada por tu Providencia, vivamos seguros en tu paz. Concede al PRESIDENTE DE ESTA NACIÓN, y a todas las autoridades, sabiduría y fuerza para conocer y hacer tu voluntad. Llénalos del amor a la verdad y a la justicia; y haz que jamás se olviden de su obligación de servir a este pueblo en tu temor; mediante Jesucristo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo es un solo Dios y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración por el Clero y el Pueblo

 

OMNIPOTENTE y Eterno Dios, de quien procede toda buena dádiva y todo don perfecto; Envía el saludable Espíritu de tu gracia sobre nuestros Obispos y demás Clero, y sobre las Congregaciones encomendadas a su cargo. Y para que verdaderamente te agraden, derrama sobre ellos el continuo rocío de tu bendición. Concede esto, oh, Señor, por el honor de nuestro Mediador y Abogado, Jesucristo. Amén.

 

Oración por las Personas de todas Condiciones.

 

OH, Dios, Creador y Conservador del género humano, te rogamos humildemente por los hombres de todas clases y condiciones; suplicándote que te dignes hacerles conocer tus caminos, y tu salud eterna a todas las naciones. Y más especialmente te rogamos por tu Santa Iglesia universal; para que sea dirigida y gobernada por tu Santo Espíritu, a fin de que todos los que profesan y se llaman Cristianos sean conducidos por el camino de la verdad, y guarden la fe en unidad de espíritu, en vínculo de paz, y en rectitud de vida. Y, finalmente, encomendamos a tu bondad paternal a todos los que de cualquiera manera están afligidos, o angustiados, en mente, cuerpo o haberes; (especialmente a aquellos por los cuales se desean nuestras oraciones); suplicándote los consueles y alivies, según sus diversas necesidades; dándoles paciencia en sus sufrimientos, y una feliz liberación de todas sus aflicciones. Y esto pedimos por amor de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Acción de Gracias en Genera

 

OMNIPOTENTE Dios, Padre de toda misericordia, nosotros, tus indignos siervos, te damos muy humildes y cordiales gracias por toda tu bondad, benignidad y favor para con nosotros y con todos los hombres; (particularmente con los desee dar gracias que ahora desean ofrecerte sus alabanzas y acciones de gracias por las mercedes que les has concedido). Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todos los bienes de esta vida; más, sobre todo, por tu inestimable amor en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos des pleno conocimiento de todas tus misericordias, para que nuestros corazones sean llenos de pura gratitud; y te alabemos, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos enteramente a tu servicio, y caminando ante tus ojos en santidad y justicia todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria eternamente. Amén.

 

NOTA. La Acción de Gracias en General puede decirse por la congregación con el Oficiante.

 

Oración de San Juan Crisóstomo

 

OMNIPOTENTE Dios, que nos has dado gracia para que en la ocasión presente te dirijamos de común acuerdo nuestras súplicas; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu Nombre, les concederás sus peticiones; Cumple ahora, oh, Señor, los deseos y ruegos de tus siervos, como más les convenga; concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad, y en el venidero, la vida eterna. Amén.

 

II Cor. XIII. 13.

 

LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros, por siempre jamás. Amén.

 

Aquí termina el Orden de la Oración Matutina

 

Orden para la Oración Vespertina Diaria

 

El Oficiante principiará la Oración Vespertina leyendo uno o más de los siguientes Versículos de las Escrituras, y lo que sigue a ellos; pero puede, a su discreción, pasar de los Versículos al Padre Nuestro.

 

NÓTESE que, cuando se omiten la Confesión y la Absolución, el Oficiante puede, después de los Versículos, pasar a los Responsorios: Oh Señor, abre nuestros labios, etc.; en cuyo caso, el Padre Nuestro se dirá con las otras Colectas inmediatamente después de: El Señor sea con vosotros, etc., y antes de los Versículos y Responsorios que siguen.

 

EL SEÑOR está en su santo templo: calle delante de Él, toda la tierra. Hab. III. 20.  SEÑOR, la habitación de tu casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria. Sal. XXVI. 8. Sea enderezada mi oración delante de ti como incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde. Sal. CXLI. 2.

Encorvaos al SEÑOR en la hermosura de su santuario: temed delante de Él toda la tierra. Sal. XCVI. 9. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, OH SEÑOR, roca mía, y redentor mío. Sal. XIX. 14.

 

Adviento

 

Velad pues, porque no sabéis cuando el SEÑOR de la casa vendrá; si a la tarde, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la mañana; porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. S. Marcos XIII. 35, 36.

 

Navidad

 

He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Rey. XXI. 3.

 

Epifanía

 

Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Isaías LX. 3.

 

Cuaresma.

 

Reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí. Sal. LI. 3.
Del SEÑOR nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra Él nos hemos rebelado; y no obedecimos a la voz del SEÑOR nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso El delante de nosotros. Dan. IX. 9, 10. Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros, pero si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda mal dad. 1 S. Juan I. 8, 9.
 

 

Viernes Santo.

 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: más el SEÑOR cargó en Él, el pecado de todos nosotros. Isaías LIII. 6. 

 

Pascua

 

A Dios gracias, que nos da la victoria por el SEÑOR nuestro, Jesucristo.  I Cor. XV. 57. Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Col. III. I.

 

Ascensión.

 

Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. Heb. LX. 24.

 

Día de Pentecostés

 

Del río sus conductos alegrarán la ciudad de Dios, el santuario de las tiendas del Altísimo. Sal. xlvi. 4. El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde. Rey. XXII. 17.

 

Dominica de la Trinidad

 

Santo, santo, santo, SEÑOR de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria. Isaías VI. 3.

 

CONFESEMOS humildemente nuestros pecados a Dios Todopoderoso.

 

O al siguiente

 

CARISIMOS hermanos, las Santas Escrituras nos amonestan, en varios lugares, a que reconozcamos y confesemos nuestros muchos pecados y maldades; y que no los debemos encubrir o disimular ante Dios Omnipotente, nuestro Padre Celestial; sino confesarlos con un corazón humilde, sumiso, contrito y obediente; a fin de obtener el perdón, por su infinita bondad y misericordia. Y aunque debemos en todo tiempo reconocer humildemente nuestros pecados delante de Dios, sin embargo, debemos principalmente hacerlo cuando nos congregamos y unimos para rendirle gracias por los grandes beneficios recibidos de sus manos, proclamar dignamente sus alabanzas, escuchar su santa Palabra, y pedirle aquellas cosas requeridas y necesarias tanto para el cuerpo como para el alma. Por tanto, yo os pido y suplico a todos los presentes, que, con un corazón puro y voz humilde, me acompañéis ante el trono de la gracia celestial, diciendo:

 

Confesión General.

 

Que toda la Congregación, siguiendo al Oficiante, dirán arrodillados.

 

OMNIPOTENTE y misericordiosísimo Padre; Hemos errado, y nos hemos extraviado de tus caminos como ovejas perdidas. Hemos seguido demasiado los designios deseos de nuestro propio corazón. Hemos faltado a tus Santas leyes. Hemos dejado de hacer lo que debíamos haber hecho; Y hemos hecho lo que no debíamos hacer; Y en nosotros no hay salud. Mas Tú, Oh Señor, compadécete de nosotros, miserables pecadores. Libra, oh, Dios, a los que confiesan sus culpas. Restaura a los que se arrepienten; Según tus promesas declaradas al género humano en Jesucristo nuestro Señor. Y concédenos, oh, Padre misericordiosísimo, por su amor; Que de aquí en adelante vivamos una vida sobria, santa y justa, para gloria de tu Santo Nombre.  Amén.

 

Declaración de la Absolución o Remisión de Pecados

 

Que solo puede hacer el Presbítero, estando de pie, mientras la Congregación permanece de rodillas.

 

EL Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta de sus maldades y viva; ha dado poder y mandamiento a sus Ministros para declarar y pronunciar a su pueblo arrepentido, la Absolución y Remisión de sus pecados. El perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten, y sinceramente creen en su santo Evangelio. Por tanto, roguémosle que nos conceda verdadero arrepentimiento, y su Espíritu Santo, a fin de que las obras que al presente hacemos le sean agradables; y que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa; para que al fin obtengamos la bienaventuranza eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

O ésta

 

EL Señor Omnipotente y Misericordioso os conceda Absolución y Remisión de todos vuestros pecados, verdadero arrepentimiento, enmienda de vida, y la gracia y el consuelo de su Espíritu Santo. Amén.

 

El Oficiante se arrodillará y dirá el Padre Nuestro, y el pueblo, aún de rodillas, lo repetirá con él.

 

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.

 

Entonces dirá

 

Oficiante. Oh, Señor, abre nuestros labios.

Resp. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.

 

Poniéndose todos de pie, el Oficiante dirá,

 

 

Gloria al + Padre, y al + Hijo, y al + Espíritu Santo.

 

Resp. Como era al principio, es ahora, y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

Oficiante: Alabad al Señor.

 

Resp. El Nombre del Señor sea alabado.

 

Después seguirá una porción de los Salmos, según el Uso de esta Iglesia, y al fin de cada Salmo, así como al fin del Magnificat, Cantate Domino, Bonum est confiteri, Nunc dimittis, Deus misereatur, Benedic, anima mea, se puede decir o cantar el Gloria Patri, pero al fin de toda la Porción o Selección de los Salmos para el día, se debe cantar o decir el Gloria Patri, o el Gloria in excelsis, como sigue.

 

Gloria in excelsis.

 

GLORIA a Dios en las alturas; y en la tierra paz; a los hombres buena voluntad. Te alabamos, Te bendecimos, Te adoramos; Te glorificamos; Te damos gracias por tu grande gloria, Oh Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Omnipotente. Oh, Señor, Hijo Unigénito, Jesucristo; Oh Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros. Tú que quitas los pecados del mundo, acepta nuestra oración. Tú, que estás sentado a la diestra de Dios Padre, ten misericordia de nosotros. Porque Tú sólo eres Santo; Tú sólo eres el Señor; Tú sólo eres Altísimo, oh, Cristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

 

Aquí se leerá la Primera Lección según la Tabla o Calendario

 

Después de lo cual, se cantará o dirá el Cántico llamado Magnificat, como sigue

 

Pero NÓTESE que el Oficiante, a su discreción, puede omitir una de las lecciones de la Oración Vespertina, siguiendo a la Lección leída uno de los Cánticos Vespertinos.

 

Magnificat. San Lucas I. 46.

 

ENGRANDECE mi alma al Señor, y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador. Porque ha mirado a la bajeza de su sierva. Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; y santo es su Nombre. Y su misericordia de generación a generación a los que le temen. Hizo valentía con su brazo; esparció los soberbios del pensamiento de su corazón. Quitó los poderosos de los tronos, y levantó a los humildes. A los hambrientos hinchió de bienes; y a los ricos envió vacíos. Recibió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia, como habló a nuestros padres, a Abrahán y a su simiente para siempre.

 

O este Salmo

 

Cantate Domino. Sal. XCVIII.

 

CANTAD al SEÑOR canción nueva; porque ha hecho maravillas: su diestra lo ha salvado, y su santo brazo. El SEÑOR ha hecho notoria su salvación; en ojos de las gentes ha descubierto su justicia. Hace acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; todos los términos de la tierra han visito la salvación de nuestro Dios. Cantad alegres al SEÑOR, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y salmead. Salmead al SEÑOR con arpa; con arpa y voz de cántico.

 

Aclamad con trompetas y sonidos de bocina delante del SEÑOR, el Rey.
Brame la mar y su plenitud; el mundo y los que en él habitan; Los ríos batan las manos; los montes todos hagan regocijo, Delante del SEÑOR; porque vino a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

 

O éste.

 

Bonum est confiteri. Sal. XCVIII.

 

BUENO es alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh, Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu verdad en las noches; En el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, OH SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.

 

Después se leerá una Lección del Nuevo Testamento, según está señalada

 

Y después se cantará o dirá el Cántico llamado Nunc dimittis, como sigue

 


Nunc dimittis.
San Lucas II. 29.

 

AHORA despides, Señor, a tu siervo, conforme a tu palabra, en paz.  Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; Luz para ser revelada a los Gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.

 

O este Salmo

 

Deus misereatur. Salmo LXVII.

 

DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las gentes tu salvación. Alábenle los pueblos, oh, Dios; alábenle los pueblos todos. Alégrense y gócense las gentes; porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra. Alábenle los pueblos, oh, Dios; todos los pueblos te alaben. La tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. Bendíganos, Dios; y témanlo todos los fines de la tierra.

 

O éste:

 

Benedic, anima mea. Salmo CIII.

 

BENDICE, alma mía, al SEÑOR; y bendigan todas mis entrañas su Santo Nombre. Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; El que rescata de destrucción tu vida, el que te corona de favores y misericordias. Bendecid al SEÑOR vosotros sus Ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto.
 

Bendecid al SEÑOR, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid al SEÑOR, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, al SEÑOR.

 

Entonces, el Oficiante y el pueblo de pie, dirán el Credo de los Apóstoles. Y en cualquiera Iglesia, las palabras: Descendió a los infiernos, podrán sustituirse por: Y fue a donde están las almas que partieron de esta vida, labras que se considera tienen el mismo sentido en el Credo.

 

CREO en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra: Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor: Que fue concebido por el Espíritu Santo, Nació de la Virgen María: Padeció bajo el poder de Poncio Pilado, Fue crucificado, muerto y sepultado: Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó de entre los muertos: Subió a los cielos, Y está sentado a la diestra de Dios Padre, Todopoderoso: De donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.  Creo en el Espíritu Santo La Santa Iglesia Católica, La Comunión de los Santos: El Perdón de los Pecados: La Resurrección del Cuerpo Y la Vida Perdurable Amen.

 

O el Credo comúnmente llamado Niceno

 

CREO en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, Y de todas las cosas visibles e invisibles: Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios; Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Verdadero Dios; Engendrado, no hecho; Consubstancial al Padre; Por quien todas las cosas fueron hechas: Quien por los hombres y por nuestra salvación descendió del cielo, Y fue encarnado por el Espíritu Santo de la Virgen María, Y fue hecho hombre: Y también por nosotros fue crucificado bajo Poncio Pilado; Padeció y fue sepultado: Resucitó al tercer día según las Escrituras: Ascendió a los cielos, Y está sentado a la diestra del Padre: Y vendrá otra vez, con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; Cuyo reino no tendrá fin. Y Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, Procedente del Padre y del Hijo; Quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Quien habló por los Profetas: Y creo en la Iglesia Una, Católica y Apostólica: Y reconozco un Bautismo para remisión de pecados: Y espero la Resurrección de los muertos: Y la Vida en los Siglos venideros. Amén.

 

Después de esto, estando el pueblo devotamente arrodillado, se dirán las siguientes Oraciones, diciendo primero el Oficiante,

 

El Señor sea con vosotros: 

Resp. Y con tu espíritu

 

Oficiante. El Señor sea con vosotros:

Oficiante. Oremos

 

Aquí seguirá el Padre Nuestro, si no se ha dicho antes.

 

Ofic. Oh, Señor, muéstranos tu misericordia.

 

Resp. Y concédenos tu salvación.

 

Ofic. Oh, Señor, salva al Estado.

 

Resp. Y óyenos misericordiosamente cuando Te invocamos.

 

Ofic. Adorna a tus Ministros de rectitud.

 

Resp. Y alegra a tu pueblo escogido.

 

Ofic. Oh, Señor, salva a tu pueblo.

 

Resp. Y bendice a tu heredad.

 

Ofic. Danos paz en nuestros días, oh Señor.

 

Resp. Porque sólo en Ti, Señor, estamos seguros.

 

Ofic. Oh, Dios, purifica nuestros corazones.

 

Resp. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.

 

Aquí se dirá la Colecta del Día, y después las Colectas y Oraciones siguientes

 

Colecta por la Paz

 

OH, Dios, de quien proceden todos los deseos santos, todos los buenos consejos y todas las obras justas; Da tus siervos la paz que el mundo no les puede dar; a fin de que nuestros corazones se inclinen a cumplir tus mandamientos, y, amparados por ti, contra el temor de nuestros enemigos, podamos vivir en tranquila paz; por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Colecta por Socorro en Todo Peligro

 

SUPLICAMOSTE, Oh Señor, disipes nuestras tinieblas; y por tu gran misericordia guárdanos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu Hijo único nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

 

Puede seguir un Himno o Cántico, en aquellas congregaciones donde sea conveniente.

 

El Oficiante podrá terminar aquí la Oración Vespertina con una o más Oraciones tomadas de este Libro, según crea conveniente.

 

Oración por el Presidente y todas las Autoridades Civiles

 

OH Dios Omnipotente, cuyo reino es sempiterno, y cuyo poder es infinito; Ten piedad de esta tierra; y gobierna de tal manera los corazones de tus siervos, el PRESIDENTE, y todas las demás autoridades civiles, para que reconociendo de quien son ministros, busquen sobre todas las cosas tu honra y gloria; y para que nosotros y todo el pueblo, considerando debidamente de quien son autoridad, los honremos con fidelidad y obediencia, con forme a tu bendita Palabra y ordenanza; por medio de Jesucristo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo es un solo Dios, y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración por el Clero y el Pueblo

 

OMNIPOTENTE y Eterno Dios, de quien procede toda buena dádiva y todo don perfecto; Envía el saludable Espíritu de tu gracia sobre nuestros Obispos y demás Clero, y sobre las Congregaciones encomendadas a su cargo. Y para que verdaderamente te agraden, derrama sobre ellos el continuo rocío de tu bendición. Concede esto, oh, Señor, por el honor de nuestro Mediador y Abogado, Jesucristo. Amen.

 

Oración por las Personas de todas Condiciones

 

OH, Dios, Creador y Conservador del género humano, te rogamos humildemente por los hombres de todas clases y condiciones; suplicándote que te dignes hacerles conocer tus caminos, y tu salud eterna a todas las naciones. Y más especialmente te rogamos por tu Santa Iglesia universal; para que sea dirigida y gobernada por tu Santo Espíritu, a fin de que todos los que profesan y se llaman Cristianos sean conducidos por el camino de la verdad, y guarden la fe en unidad de espíritu, en vínculo de paz y en rectitud de vida. Y, finalmente, encomendamos a tu bondad paternal a todos los que de cualquiera manera están afligidos, o angustiados, en mente, cuerpo o haberes; (especialmente a aquellos por los cuales se desean nuestras oraciones); suplicándote les consueles y alivies, según sus diversas necesidades; dándoles paciencia en sus sufrimientos, y una feliz liberación de todas sus aflicciones. Y esto pedimos por amor de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

Acción de Gracias en General.

 

OMNIPOTENTE Dios, Padre de toda misericordia, nosotros, tus indignos siervos, te damos muy humildes y cordiales gracias por toda tu bondad, benignidad y favor para con nosotros y con todos los hombres; (particularmente con estos que ahora desean ofrecerte sus alabanzas y acciones de gracias por las mercedes que les has concedido). Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todos los bienes de esta vida; más, sobre todo, por tu inestimable amor en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos des pleno conocimiento de todas tus misericordias, para que nuestros corazones sean llenos de pura gratitud; y te alabemos, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos enteramente a tu servicio, y caminando ante tus ojos en santidad y justicia todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria eternamente. Amén.

 

NOTA. La Acción de Gracias en General puede decirse por la Congregación con el Oficiante,


Oración de San Juan Crisóstomo

 

OMNIPOTENTE Dios, que nos has dado gracia para que en la ocasión presente te dirijamos de común acuerdo nuestras súplicas; y has prometido que cuando dos o tres estén congregados en tu Nombre, les concederás sus peticiones; Cumple ahora, oh, Señor, los deseos y ruegos de tus siervos, como más les convenga; concediéndonos en este mundo el conocimiento de tu verdad, y en el venidero, la vida eterna. Amén.

 

II Cor. XIII. 13.

 

LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nos otros, por siempre jamás. Amen.

 

 

Aquí termina el Orden de la Oración Vespertina.

Matutina Oracion

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