Sunday, July 20, 2025

Presbiteros Ordenacion



Fórmula para Ordenar Presbíteros

 

Llegado el día señalado por el Obispo para este objeto, se predicará un Sermón o Exhortación, en que se declararán el Oficio y Obligaciones de los que van a ser admitidos al Presbiterado; y cuan necesaria es esa Orden en la Iglesia de Cristo, y en cuanta estimación también debe tener el Pueblo a estas personas en su Oficio.

 

Un Presbítero presentará al Obispo que estará sentado en su silla cerca de la Santa Mesa los que van a ser ordenados Presbíteros, todos adecuadamente revestidos, y dirá,

 

REVERENDO Padre en Dios, os presento a estas personas, para que sean admitidas a la Orden del Presbiterado.

 

El Obispo

 

ADVIERTE que las personas que nos presentas sean idóneas y dignas por su conocimiento y buenas costumbres, de ejercer debidamente su Ministerio para honra de Dios y edificación de su Iglesia.

 

El Presbítero responderá,

 

HE investigado cuanto a ellos se refiere, los he examinado, además, y así los considero.

 

Entonces el Obispo dirá al Pueblo,

 

AMADOS oyentes, éstos son los que, con el divino beneplácito, nos proponemos admitir este día al sagrado Oficio del Presbiterado; porque, después del debido examen, nada hemos hallado que se oponga; antes bien, los tenemos por legalmente llamados al desempeño de sus Funciones y Ministerio, y los consideramos capaces para los mismos. Empero si alguien sabe de algún impedimento o crimen notorio de alguno de ellos, por el que no sea lícito admitirlo a este sagrado ministerio, preséntese en Nombre de Dios, y declare cual es el impedimento o crimen.

 

Y si se objetare algún crimen o impedimento notorio, el Obispo suspenderá la Ordenación de la persona acusada, hasta que haya sido demostrada su inculpabilidad.

 

Luego el Obispo (encomendando a las oraciones de la Congregación, a los que han sido juzgados dignos de ser ordenados) rezará, con el Clero y el Pueblo allí presentes, la Letanía.

 

Y NÓTESE, que después del Sufragio, Que te dignes iluminar a todos los Obispos, etc., se dirá el siguiente:

 

QUE te dignes bendecir a estos tus siervos, que ahora van a ser admitidos a la Orden de Presbíteros, y derramar tu gracia sobre ellos; a fin de que puedan ejercer debidamente su Oficio, para la edificación de tu Iglesia, y gloria de tu Santo Nombre.

 

Y NÓTESE que, a discreción del Obispo, en lugar de la Letanía señalada, puede decirse la Letanía para las Ordenaciones.

 

Después se celebrará el Oficio de la Santa Comunión, con la Colecta, Epístola y Evangelio siguientes.

 

Colecta

 

OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu Espíritu Santo has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira con misericordia a estos tus siervos, llamados ahora al Oficio del Presbiterado; y cólmalos de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos con inocencia de vida, que, por medio de palabra y buen ejemplo, puedan servirte fielmente en este Oficio, a la gloria de tu Santo Nombre y la edificación de tu Iglesia; por los méritos de Jesucristo nuestro Salvador, que vive y reina contigo y el mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Epístola. Efes. IV. 7.

 

A CADA uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y el que subió, ¿Qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, el mismo es el que también subió sobre todos los cielos, para cumplir todas las cosas). Y Él mismo dio unos, apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores, y doctores, para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

 

Evangelio. S. Mat. IX. 36.

 

Y VIENDO Jesús las multitudes, tuvo misericordia de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha; más los obreros, pocos. Rogad pues al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

 

O éste.

 

Evangelio. S. Juan X. 1.

 

DE cierto, de cierto os digo, que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, más sube por otra parte, el tal ladrón es y robador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen; porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él; porque no conocen la voz de los extraños; Esta parábola les dijo Jesús; más ellos no entendieron que era lo que les decía. Volvióles pues Jesús a decir: De cierto, de cierto os digo, Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores, mas no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye; y el lobo las arrebata, y dispersa las ovejas. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil: aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño, y un pastor.

 

Luego sentada la Congregación el Obispo dirá lo siguiente a los que van a ser ordenados Presbíteros.

 

YA oísteis, Hermanos, en vuestro examen particular, como en la exhortación que ahora os hicimos, y en las santas Lecciones tomadas del Evangelio y de los escritos de los Apóstoles, de cuanta dignidad y grande importancia es este Ministerio a que sois llamados. Y ahora os exhortamos de nuevo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis presente, a cuan alta dignidad, y a qué importante Oficio y Ministerio sois llamados; pues que seréis Mensajeros, Centinelas y Mayordomos del Señor, instruyendo, amonestando y proveyendo a la familia del Señor, buscando a las ovejas de Cristo dispersas por doquier, y a sus hijos que se hallen en medio de este mundo perverso, para que por Cristo puedan obtener su eterna salvación.

 

Tened, por lo tanto, siempre fijo en vuestra mente cuan gran tesoro se os ha encomendado. Son ovejas de Cristo, que El mismo compró con su muerte, y por las que derramó su sangre. La Iglesia y la Congregación a las que debéis servir, es su Esposa y su Cuerpo; y si llegare a suceder que esta Iglesia o alguno de sus miembros padeciere daño o detrimento por vuestra negligencia, bien conocéis la magnitud de semejante falta, y también el horrible castigo que os sobrevendrá. Por lo tanto, considerad atentamente el propósito de vuestro Ministerio con respecto a los hijos de Dios y a la Esposa y Cuerpo de Cristo; y procurad que vuestra obra, vuestro cuidado y diligencia sean incesantes, haciendo cuanto os sea posible, de acuerdo con vuestra obligación, hasta traer a todos los que están o fueren puestos a vuestro cuidado, a tal unidad de la fe y del conocimiento de Dios, y a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que no haya entre vosotros ningún error en religión, ni depravación de vida.



Puesto que vuestro Oficio es de tanta excelencia, pero de tan grande dificultad, considerad con cuánto cuidado y estudio debéis dedicaros a su desempeño, para mostraros obedientes y agradecidos al Señor que os ha elevado a tan alta dignidad, así como también, debéis procurar que ni vosotros ofendáis, ni seáis causa de que otros ofendan. Sin embargo, de vosotros mismos no podéis tener tal mente y voluntad, porque dicha voluntad y capacidad provienen de Dios solamente; por lo tanto, debéis y tenéis necesidad de rogar fervorosamente por su Santo Espíritu. Y conscientes de que no podréis efectuar tan ardua labor respecto a la salvación del hombre, sino con la doctrina y exhortación obtenidas de las Santas Escrituras, y con una vida acorde a las mismas, considerad cuan asiduos debéis ser en estudiar y aprender las Escrituras y en conformar vuestras costumbres y las de los que especialmente pertenecen a vosotros, de acuerdo con los preceptos de las mismas Escrituras, y por esta misma causa debéis abandonar y desechar, cuanto podáis, todos los cuidados y afanes del mundo.

 

Confiamos en que ya habréis recapacitado con anterioridad en todas estas cosas, y que estáis firmemente decididos, por la gracia de Dios, a entregaros por completo a este Oficio, al que Dios se ha dignado llamaros; así que, en cuanto más podáis, os dedicaréis enteramente a esto, y pondréis toda vuestra atención y cuidado a este propósito, y pediréis continuamente a Dios el Padre, mediante nuestro único Salvador Jesucristo, que os envíe el celestial auxilio del Espíritu Santo, para que por la diaria lectura y meditación de las Escrituras podáis acrecentar vuestra experiencia y fuerza en el Ministerio y esforzaros a santificar vuestra vida y la de los vuestros, modelándolas según los preceptos y doctrina de Cristo, para que lleguéis a ser saludables y piadosos ejemplos y modelos que el pueblo pueda seguir.

 

Ahora pues, para que esta Congregación Cristiana aquí reunida, pueda conocer también vuestras intenciones y voluntad respecto de estas cosas, y para que vuestra misma promesa os estimule más al cumplimiento de vuestros deberes, debéis vosotros mismos responder claramente a las preguntas que en Nombre de Dios y de su Iglesia os vamos a hacer tocante a lo mismo.

 

 

¿OS creéis sincera y verdaderamente llamados según la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, y de acuerdo con los Cánones de esta Iglesia, a la Orden y Ministerio del Presbiterado?


Respuesta. Así lo creo


El Obispo. ¿Estáis persuadidos de que las Santas Escrituras contienen toda la Doctrina que se requiere como necesaria para la salvación eterna, por la fe en Jesucristo? ¿Y estáis resueltos a instruir según las mismas Escrituras al pueblo encomendado a vuestro cuidado; y a no enseñar, como necesaria para la salvación eterna, sino aquello de que no estéis bien persuadido, ¿Qué puede deducirse y probarse por las Escrituras?


Respuesta. Estoy persuadido y resuelto, mediante la gracia de Dios

 

El Obispo. ¿Os dedicaréis siempre con toda fidelidad y diligencia a administrar la Doctrina y los Sacramentos, y la Disciplina de Cristo, como el Señor ha mandado, y esta Iglesia los ha recibido de acuerdo con los mandamientos de Dios; de manera que podáis enseñar al pueblo encomendado a vuestro cuidado pastoral y guardarlos y observarlos con toda diligencia?

 

Respuesta. Así lo haré, con el auxilio del Señor

 

El Obispo. ¿Y estaréis dispuestos a desterrar y rechazar de la Iglesia, con toda fidelidad y diligencia, todas las doctrinas erróneas y extrañas contrarias a la Palabra de Dios; amonestar y exhortar pública y privadamente, tanto a los enfermos como a los sanos, en vuestras Congregaciones, cuando lo exija la necesidad, ¿y la ocasión lo requiera?
Respuesta. Así lo haré, con el auxilio del Señor

 

El Obispo. ¿Seréis asiduos en la Oración, y en la lectura de las Santas Escrituras, así como en otros estudios que contribuyen al conocimiento de estas, dejando a un lado las vanidades del mundo y de la carne?

 

Respuesta. Procuraré hacerlo, con el auxilio del Señor

 

El Obispo. ¿Os dedicaréis con todo cuidado a modelar y conformar vuestra vida y la de vuestras familias de acuerdo con la Doctrina de Cristo, para que tanto vosotros corno ellos, deis en cuanto os sea posible, los más saludables ejemplos y modelos al rebaño de Cristo?

 

Respuesta. Trataré de hacerlo, con el auxilio del Señor

 

El Obispo. ¿Mantendréis y promoveréis en cuanto os sea posible, la tranquilidad, la paz y la caridad entre todos los Cristianos, y especialmente entre aquellos que están o fueren encomendados a vuestro cuidado?

 

Respuesta. Así lo haré, con el auxilio del Señor

 

El Obispo. ¿Obedeceréis, con todo respeto a vuestro Obispo, y a los otros Ministros principales que, de acuerdo con los Cánones de la Iglesia tuvieren autoridad y gobierno sobre vosotros; siguiendo sus amonestaciones piadosas con alegría y buena voluntad, ¿sometiéndoos a sus juicios piadosos?

 

Respuesta. Así lo haré, con el auxilio del Señor

 

Entonces el Obispo, todos levantándose, dirá,

 

EL Dios Omnipotente que os ha dado esta voluntad de hacer todas estas cosas; Os conceda también la fuerza y el poder para cumplirlas, para que pueda realizar su obra que ha comenzado en vosotros; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Después de esto, se pedirá a la Congregación, a que dirija en secreto sus oraciones a Dios, suplicándole humildemente todas estas cosas: y para dar lugar a estas súplicas, se guardará silencio por un corto espacio de tiempo.

 

Después, estando arrodillados todos los que han de ser ordenados Presbíteros, los demás de pie, el Obispo cantará o rezará el Veni, Creator Spiritus: comenzando el Obispo al que responderán alternadamente los Presbíteros, y los demás que estuvieren presentes, las siguientes estrofas.

 

Veni, Creator Spiritus.

 

VEN, Santo Espíritu Creador,
Inflama el alma en santo amor.
Tú que eres celestial unción
E impartes septiforme don.

Con tu bendita unción nos das
Consuelo, vida, amor y paz.
Arde en perpetua claridad
Que alumbre nuestra ceguedad.

Aviva y vierte en nuestro ser
Tu gracia y celestial poder.
Ahuyenta al malo, y a nuestro hogar
Resguarda en paz y bienestar.

El Padre, el Hijo y de los dos,
Tú el procedente, al Trino Dios;
Haz que podamos comprender
Y un canto eterno así ofrecer:
    Gloria al Padre, al Hijo honor,
    Y al Santo Espíritu loor. Amén.


O éste

 

OH, tú precioso Espíritu divino
Santo Consolador,
Dios, con el Padre e Hijo, Uno y Trino,
Dios de Paz y de Amor.

Eres la Fuente y Manantial constante
De gozo bienhechor:
El amor dulce, el fuego deslumbrante,
La espiritual Unción.

De la Iglesia de Cristo tus mil dones
Sostén y apoyo son:
La Ley trazas en fieles corazones
Cual dedo del Señor.

En la aflicción, en el pesar y el duelo,
Eres consolación.
Inestimable don que desde el cielo
Nos concede el Señor.

Y pues que nuestro jefe eres amado,
Haz que en toda ocasión
Escapemos las redes del pecado
Y huyamos del error.

Oh, loor al Padre tributad mortales
También al Hijo loor,
Y al Espíritu Santo, que coiguales
Los Tres en Uno son.
Amén.

 

 

Hecho esto, el Obispo orará de esta manera, diciendo,

 

Oremos

 

DIOS Todopoderoso, y Padre Celestial, que, por tu inmenso amor y bondad para con nosotros, nos diste a tu único y muy amado Hijo Jesucristo, para que fuese nuestro Redentor, y el Autor de la vida eterna; quien, después de perfeccionar nuestra redención con su muerte, y de ascender a los cielos, envió por todo el mundo a sus Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Doctores y Pastores; por cuya obra y ministerio El reunió un rebaño numeroso en todas partes del mundo, para proclamar sempiternas alabanzas a tu Santo Nombre: Te rendimos las más cordiales gracias, te alabamos, te adoramos: por estos tan grandes beneficios de tu eterna bondad, y porque te has dignado llamar a estos tus siervos aquí presentes al mismo Oficio y Ministerio para la salvación del linaje humano, y te suplicamos humildemente por tu mismo bendito Hijo, que concedas a cuantos aquí, o en cualquier otro lugar invocaren tu Santo Nombre, que continuemos mostrando nuestra gratitud a ti por estos y todos tus otros beneficios; y que podamos diariamente crecer más y más en el conocimiento y fe en ti y en tu Hijo, por el Espíritu Santo; para que no sólo por medio de estos tus Ministros, sino también por aquellos sobre los cuales estos tus Ministros fueren constituidos, sea eternamente glorificado tu Santo Nombre, y se extienda tu reino bendito; mediante el mismo tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del mismo Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Acabada esta Oración, el Obispo, y los Presbíteros presentes, impondrán las Manos sobre la Cabeza de cada uno de los Ordenandos al Presbiterado, que estarán humildemente arrodillados, y el Obispo dirá,

 

RECIBID el Espíritu Santo para el Oficio y Obra de Presbítero en la Iglesia de Dios, que ahora se os confiere por la Imposición de nuestras manos. A los que perdonareis sus pecados, les son perdonados, y a los que retuviereis les son retenidos. Y sé un fiel Dispensador de la Palabra de Dios y de sus Santos Sacramentos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

O ésta

 

RECIBID la facultad de ejercer el Oficio de Presbítero en la Iglesia de Dios, que ahora se os confiere por la Imposición de nuestras manos. Y sé un fiel Dispensador de la Palabra de Dios y de sus Santos Sacramentos; En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Después el Obispo pondrá la Biblia en las manos de cada uno de ellos, que permanecerán arrodillados, diciendo,

 

RECIBID la facultad de predicar la Palabra de Dios y de administrar los Santos Sacramentos en la Congregación a la que fueres legítimamente designado.

 

Concluido esto, se rezará el Credo Niceno, y el Obispo continuará el Oficio de la Santa Comunión, la cual recibirán todos los Ordenados, permaneciendo en el mismo lugar en que les fueron impuestas las Manos, hasta que hayan participado de la Comunión.

 

Concluida ésta, después de la última Colecto, e inmediatamente antes de la Bendición, se dirá esta Colecta.

 

MISERICORDIOSISIMO Padre, te suplicamos derrames tu celestial bendición sobre estos tus siervos; para que sean revestidos de justicia, y para que tu Palabra proferida por sus labios tenga tanto éxito, que jamás sea hablada en vano. Concédenos también gracia para escuchar y recibir, como medios para nuestra salvación, todo cuanto nos prediquen tomado de tu santísima Palabra o de acuerdo con ella; para que en todas nuestras palabras y obras busquemos tu gloria, y el engrandecimiento de tu reino; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

LA Paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y more con vosotros eternamente. Amén.

 

Si en un mismo día han de ser unos Ordenados Diáconos y otros Presbíteros, se presentarán primero los Diáconos y después los Presbíteros, y bastará que una vez se rece para ambos la Letanía; se hará uso de ambas Colectas, primero la perteneciente a los Diáconos, y después la de los Presbíteros. La Epístola será Efes. IV. 7—13, como queda dicho en este Oficio. Inmediatamente después los Ordenandos al Diaconado serán examinados y Ordenados, como queda antes indicado. En seguida, leído el Evangelio por alguno de ellos (que o bien se tomará de San Mateo IX. 36, como se ha dicho en este Oficio, o de San Lucas XII. 35—38, según queda mencionado en la Fórmula de la Ordenación de los Diáconos), los Ordenandos al Presbiterado serán también examinados y Ordenados, como antes indicado en este mismo Oficio. La Colecta será como sigue.

 

Colecta

 

OMNIPOTENTE Dios, Dador de toda buena dádiva, que por tu Santo Espíritu, has establecido diversas Ordenes de Ministros en tu Iglesia; Mira misericordiosamente a estos tus siervos llamados ahora al Oficio de Diácono y a estos tus siervos ahora llamados al Oficio de Presbítero; y cólmalos de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalos con inocencia de vida, que por medio de la palabra y buen ejemplo, puedan fielmente servirte en su Ministerio, a la gloria de tu Nombre y edificación de tu Iglesia; por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

No comments:

Post a Comment

Matutina Oracion

  CANON 5. DE LA LITURGIA Y EL CULTO ANGLO CATÓLICO IAL-OACM  - Formas complementarias para la práctica y enseñanza del numeral 5.04 (Acat...